Campos de Segovia
Abuelo,
te presto mis ojos
para que vuelvas a ver a la Mujer Muerta
y mi cuerpo
para que llore tu silencio cansado.
Abuelo,
te regalo esperanza
qué inexplicablemente
siempre acaba pasando por mi
casa a la intemperie,
y me deja un cuenquito
para ofrendarlo.
Abuelo,
las gentes de estas tierras que conoces
siguen enfadadas,
y en las noches del alma
sigue habiendo tormenta.
Pero Abuelo,
los campos se siguen llenando de amapolas brillantes, despeinadas..
y yo sigo escribiendo sobre tu humilde mesa.
A Quintín 27 años después.
(Fin de semana en Segovia)
No comments:
Post a Comment