GENERACIÓN X Y DE PUEBLO
Soy de la primera generación que nació en ciudad pero de padres de pueblo, de Villaseco del Pan, Zamora. Un pueblo despoblado a la fuerza del que decidieran salir temprano para dar una vida mejor a generaciones futuras.
Hay que tener mucha valentía para dejar atrás la zona de confort cuando nadie te enseñó a ser ciudadano del mundo de esos que escogen dónde vivir y cómo.
Mis ancestros, los suyos, salieron antes a trabajar con el fin de volver y seguir apostando por el pueblo, incluso tomando barcos eternos a lugares que ni sabían pronunciar.
Hay que ser muy entero y muy leal para seguir creyendo en tu tierra sabiendo sus carencias y virtudes.
Pero en Villaseco del Pan son así: ya antaño los vecinos se juntaron para comprar las tierras a un marquesado y lo consiguieron. Ahora lo llaman bien común.
Hay que ser muy cabal para pensar en el prójimo como en ti mismo y muy cabezota.
Es esa cabezonería, es ese saber quién eres y de dónde, la que no deja que Zamora se muera en el intento de seguir viva..Y ahí seguimos: los de la Generación X; los que de niños íbamos al pueblo de viernes a domingo mientras éramos urbanitas de entre semana. Adultos que romantizan la infancia sin encajar en la urbe. Esos adultos que lloran al ver por la televisión como se les quema el imaginario o les entra la patria por pasar dos meses en verano. Quizá sea el momento de repensar el camino de vuelta, de donde el corazón nunca se marchó. Porque sin gente que cuide de la tierra ¡se nos quema!.
A la impunidad le gusta actuar a solas. Seguiremos buscando la manera.
Hace unos años al llegar al pueblo fui a saludar a una pareja anciana que son vecinos, vi aquellas manos valientes, con la piel dura y quemada por el sol y el trabajo del campo. Siempre trabajando: en época de guerra, de posguerra y de bonanza. Vi su dignidad sobrecogedora, su sabiduría innata y les pedí hacerles una foto. La foto que comparto. Difumino su rostro por respeto y porque podían ser tus abuelos, tus tías, tus primos: esos que no se fueron, que se quedaron, que no gastaron para que tu estudiaras y prosperaras, a sabiendas de que volver al pueblo sería para ti solo algo pasajero y de verano.
Zamora se nos quema, porque la dignidad de esta pareja anciana no puede hacer frente a los molinos de la política, de la foto buscada, mientras la boca se llena de promesas y también de reniego de los ciudadanos que ya no se creen ni una más. La España despoblada se convierte en la España calcinada. No nos rompan más el corazón.
Una vez en Villaseco compraron las tierras por el bien común. Dejen ustedes de vendernos por unos votos.
Nela Escribano
(* Este artículo lo escribí tras los grandes incendios de la provincia de Zamora en este verano aciago de 2022 para el campo. Hace muy poco falleció la señora sonriente de la foto. Siento que este fue mi homenaje sin saberlo)
El 18 de enero de 2024 falleció él. No levantaba cabeza desde que ella se fue. Espero que se hayan reencontrado en otros planos.❤.
