SESIÓN
DE CUENTOS PARA EL NIÑO QUE DIJO NO
Entré
en el mundo infantil “de casualidad” En 2005 pude hacer
voluntariado en Brasil en algunas vilas (lo que llamamos Favelas) del
norte y sur del país. Me sentía tan agradecida con la gente que
necesitaba dar algo de vuelta. Lo único que sabía hacer era enseñar
idiomas y eso hice. Soy filóloga así que recursos pedagógicos para
peques no tenía muchos pero quería hacerlo desde lo lúdico y
creativo. Después acabé en Ibiza asistiendo a alguna Noche de
Brujas de de la Escuela de Clown de Eric Le Bont..Una bestia
parda (como diría Ana de Caótica Ana) Allí descubrí el
Clown y entendí que, en mi caso, conectarse con la niña interior
tiene mucho de clown, por no decir todo.
Recuerdo
un día que yo quería asistir a una charla en el Diario de Ibiza de
Eric Le Bont sobre clown de hospital. Daba clases y no podía, pero
el Universo los arregló todo una semana antes para que ese grupo de
alumnos de inglés quisiera cambiar de día las clases. Tu pides y el Universo te da..Durante la conferencia no podía parar de llorar
porque cuando algo me toca el alma lloro de la emoción de entender y
sentir algo al tiempo.
Al
volver a mi ciudad, por circunstancias personales, quería compartir
cuentos, juegos, alegrías y tristezas con esos peques hospitalizad@s
y así empecé a ser voluntaria en PYFANO ( padres y familiares
amigos de niños oncológicos) en el Hospital Clínico de Salamanca.
Entrábamos en las habitaciones y jugábamos con los peques dando un
respiro a los padres y madres. Una experiencia sin retorno en la vida
de cualquiera.
Después
decidir hacer mis prácticas del TFM (Trabajo fin de máster en
España) en Musicoterapia con un caso específico. Ha sido una de
las experiencias más intensas de mi vida. De esas que dices: “si
ya me tengo que ir de este plano, me puedo ir tranquila” Tal cual.
Desde
entonces he seguido haciendo cuentos y por circunstancias personales
no había vuelto a trabajar con niñ@s hospitalizad@s
hasta hoy. Me llamaron de Cruz Roja para hacer un cuentacuentos y
allí estaba yo...
Con las tablas que tengo de tanto exponerme a gente, alumn@s, público de todo tipo..con una alergia importante y unos niños (chicos todos) que me miraban atentos intentando abstraerse de sus circunstancias: de su pijama, de su apéndice metálico que le va dosificando la medicación, de su cuerpo invadido de tan pequeños con un buen fin que es su recuperación...pero ni un estadio de fútbol lleno puede intimidar tanto como un par de esas miradas en las que lees de más porque ya has hecho mucho acompañamiento.
Con las tablas que tengo de tanto exponerme a gente, alumn@s, público de todo tipo..con una alergia importante y unos niños (chicos todos) que me miraban atentos intentando abstraerse de sus circunstancias: de su pijama, de su apéndice metálico que le va dosificando la medicación, de su cuerpo invadido de tan pequeños con un buen fin que es su recuperación...pero ni un estadio de fútbol lleno puede intimidar tanto como un par de esas miradas en las que lees de más porque ya has hecho mucho acompañamiento.
Antes
de empezar entré en el hospital de día a por un niño que estaba
recibiendo una medicación, jugaba con sus voluntarias y me dijo
clara y seriamente que no, que no quería ir..había en sus ojos
enfado, determinación, madurez precoz en su negativa..Tantas veces
no puede decir “no” a las medicaciones, al dolor, al aislamiento
hospitalario y del mundo.Con sumo respeto me despedí y pensé que
la sesión de cuentacuentos era sobre todo para el niño que no había
ido, que no se permitía reír y relajarse un rato ante un mundo
prematuramente hostil.
Espero
que un día puedas asistir a una sesión, sin cables, sin miedo a
infecciones de cualquier tipo y te rías a carcajadas. Que por esa
risa se vaya todo aquello que hoy sentí en ese NO redondo e
inflamado. Me alegro de saber que hoy tu NO si que fue respetado.
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