Friday, December 25, 2009

viajera

Los años y los viajes consiguen amedrentar en una esquina o al menos asustar durante más rato a la vilipendiada incertidumbre. Cuando llego a una ciudad del “primer mundo dentro del primer mundo” ya no tengo ese afán por consumirlo todo con los ojos, por extender con urgencia redes racionales que me ayuden a apuntalar, al menos temporalmente, mis negociaciones con el nuevo emplazamiento.

La verdad es que viajar por la Europa políticamente correcta ya no me crea demasiadas expectativas. ¿Será que el futuro lugar físico ya lo visitado virtualmente en los días previos al viaje con un sinfín de clics en la sección de Imágenes de Google? ¿Será porque alguna vez llegó una postal a alguna de mis casas temporales, o bien alguien me enseñó toda una colección de fotos en papel, mandó un link a un viaje que nunca hice pero que soñé mío, que vi documentales por la televisión?

La cuestión es que de cada lugar sabemos al menos algunos de los tópicos y con eso nos vamos apañando durante las jornadas necesarias; con la convicción de que son sólo guías con millones de excepciones o millones de excepciones que confirman que la regla sólo se cumple a veces y generalmente no con un ejemplo bueno. “-¿Ves? Eso pasa porque en el fondo son unos cuadriculados, si es que éstos ya se sabe menos samba y más trabalhar?” y así sucesivamente.


Quizá es que cuando viajamos frecuentemente y con restricciones económicas casi siempre acabamos cayendo en manos de amigos o de otros que se dicen serlo olvidada ya, o por el momento, la aventura solitaria..

¿Será esa la receta: volver a la aventura solitaria? pero para eso habría que añadir unos cuantos factores al simple hecho de hacer el camino por el camino en sí. Como que te sobre un poco de dinero, como tener donde volver con la tranquilidad de que el tiovivo del mundo se parará un poquito conmigo dentro a mi vuelta, como el que te sobre el tiempo y el espacio en la mente para un nuevo trayecto lleno de interrogantes, cómo el del romanticismo de un sello y un policía que interroga tu identidad por el simple hecho de tenerte delante. ¡Qué fácil es ser de los del pasaporte útil! ¡Vaya un pensamiento pequeño burgués acabo de vomitar!

Definitivamente puede que la solución a esta apatía aeroportuaria de vuelos domésticos de bajo coste esté en la atrayente Asia o en la exótica América de norte a sur. África nos hiere demasiado con el constante regurgitar de aterrados náufragos en las costas españolas, (no suben más allá de Andalucía)

También pudiera ser que al final..la construcción cultural haya funcionado y me sienta más afín con un europeo medio bajo ese gran manto deshilachado de la Comunidad Económica Europea- hoy llamada eufemísticamente Unión Europea- que con un indígena del altiplano, o un latino de Villalba al que enseñaron a odiar al oportunista que resultó ser mi antepasado.

Ginebra (tren hacia Sion, Suiza) 16-diciembre-2009
Nieve en Salamanca