Friday, August 24, 2007

Meditação

El ruido de tus dedos de alambre
Sobre el fondo blanquecido del salón
Adormeció mi nuca,
Mientras en otro puerto me arrancaban el cabello a escondidas.

¿Cómo sentir la inclinación oblicua de tus hombros
si el aire se levantó embravecido
a emborronarme la yema de mis dedos?

Angustia de tu ausencia por el aire
Espacios incompletos en la orilla
Corales quebradizos en los pies
Algas aprisionadas en mi tripa

Por tu playa te espero tejiendo tu llegada.
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A Alexander

Una mañana urgente en Puig den Valls 23/08/2007

Wednesday, August 08, 2007

I am still alive (pearl jam obsesivo tras un pequeño rifi-rafe con mi vecino)

(...continuacion)

Leomanu Maracatu nació una tarde ensolecida en una pequeña casa de muñecas cearense donde dos titiriteros hacían dulce de leche durante horas a modo de líquido amniótico para cuando saliese de mis manos. A diferencia de Manuela Mar, siempre perdida en la espuma que dejan las olas cuando tocan la playa de puntillas, Leomanu se mostró desde el primer instante de su nacimiento insolente y pícaro..definitivamente un malandro transcultural. Enseguida se metió a Manuela Mar entre los dedos e intentó arrinconarla contra otros titiriteros con cantos de sirena en clave tropical, pero la espuma a veces deja en la piel círculos de arena con los que es fácil despistarse.

Manuela solo sabía cantar a capella aunque tuviera un batallón de mariposas haciéndole cosquillas por debajo de las venas y pasó mucho tiempo hasta que se percatara de la pequeña fractura que Leomanú presentaba en su nuca. Dicha incidencia provocó cambios geográficos de gran calibre con el fin de preguntar a varios especialistas por el origen de ese extraño mal: ese de la autoceguera crónica. Sin embargo tras numerables viajes por cielo, tierra y mar, anoche, siempre de noche, se volvió a dar de morros con las cuentas de colores que con luna y con toques de ida, apenas, posaron en su nuca nuevamente unos rizos dorados como los de Leo.
El enfado de éste no se hizo esperar y de mañana tras provocarle una salpicadura de mala sangre ajena Manuela accedió sin farfullos a proceder ella misma a la reconstrucción de la nuca de Leomanu con el fin de salvarle del hastío de un mueble de salón catalogado en rebajas. Un redoble de tambor desde los rizos de Eddie Vennet precedio a tan complicada intervención. Ahora Leomanu is still alive y descansa, aturdido todavía, junto a un afaxê bahiano que como solo reconoce su entorno por el sonido ni sabe que al lado tiene a tan ilustre visitante.


Puig den Valls 5 agosto 2007