Hoy por fin, después de décadas, vuelve a sonar el reloj que nos regaló mi abuelo. Fue de vacaciones a una playa y lo trajo..Puede que no tenga un gran valor monetario pero si emocional. Para él,que había sido resinero en inicio y que toda su vida había estado alrededor de la madera, seguramente tenia mucho significado.
El, que había pasado una guerra de la que presumía no haber matado a nadie, que fue encarcelado y milagrosamente liberado por ayuda de mi abuela ya embarazada y valiente: esas historias que se callan y que seguro habitan en el clan..
Ellos no pudieron dejarnos una casa ni una gran herencia pero dejaron cosas que el tiempo no gasta como el cariño, la complicidad y la paciencia sagrada de los abuelos: eso también es casa, una casa invisible que te da raíz y sentido de pertenencia.
Yo que trabajo con gente, a veces me encuentro con personas que tienen mucho en el banco, sin embargo, a veces, le falta esa raíz...y ese vacío nunca se llena con nada.
Hoy el reloj de mi abuelo vuelve a sonar gracias a las manos increíbles de Gonzalo que es capaz de restaurarlo todo. Quizá no sabe que también recompone el corazón de la gente.
Ahora, al oírlo sonar, me doy cuenta de que me dejó su casa de madera y el latido de su cariño en su tic-tac.
Ayer fue el día de los abuelos, espero que hayas podido tener buenos abuelos cerca, de esos que aunque pasen mil años, de vez en cuando, los eches de menos y se te escape una lagrimilla de esas de saudade y de felicidad por lo vivido.
Sino es así, espero hayas podido encontrar figuras en tu vida que hicieran de abuelos. Al final la familia del corazón puede, o no, coincidir con la de sangre...y eso también está bien.
Gracias 🙏💚🙏